Tengo impresora

A veces, tenemos la sensación de no estar sacando todo el partido que podríamos de nuestros sistemas de etiquetado.

El efecto diferenciador que el etiquetado tiene sobre un producto, es un hecho demostrado, y muchas empresas, a día de hoy, no se han parado en la pequeña pero importante distinción que esto supone. Al pensar en cualquier marca, nuestra memoria fotográfica, automáticamente nos muestra esa imagen que la identifica, potenciándola.

También puede ocurrir que no tengamos un sistema de etiquetado bien dimensionado para nuestras necesidades.

Desde nuestro punto de vista, muchas Empresas no optimizan del todo su sistema de etiquetado en cuanto al volumen de etiquetas para el que está preparada su impresora y el número de etiquetas reales que se imprimen diariamente.

Elección del equipo

La optimización y ajuste de estos dos parámetros es fundamental, tanto para la vida útil de los sistemas, como para el ahorro de tiempo y dinero en reparaciones y ajustes que no serían necesarios si ambos conceptos están bien dimensionados.

Impresora por encima de las necesidades

Es probable que el desgaste de la impresora sea menor y aumente su “vida útil” pero resulta más costoso tanto el mantenimiento, como los recambios e incluso los consumibles, ya que normalmente, los rollos de etiquetas y de ribbon son de mayores dimensiones en impresoras más grandes.

Impresora por debajo de las necesidades

Provocará saturaciones del sistema y consecuentemente paros o problemas inesperados, para los que habrá que contar con un servicio técnico especializado así como un acortamiento en la vida útil de la impresora, por el desgaste prematuro de sus elementos fungibles.